El Parque Rural de Anaga es un Espacio Natural Protegido situado en el extremo nororiental de Tenerife. Fue declarado Reserva de la Biosfera en 2015.
Tiene una extensión de 14.419 hectáreas que representa el 7,9% de la isla de Tenerife. Se sitúa en los municipios de Santa Cruz de Tenerife (76,9%), San Cristóbal de La Laguna (16,6%) y Tegueste (6,5%).
De la cordillera del macizo de Anaga, cuya máxima elevación es el pico «Cruz de Taborno» de 1024 metros de altitud, descienden escarpadas laderas y profundos barrancos que llegan hasta el mar configurando espectaculares acantilados y pequeñas playas recónditas de arena negra volcánica, algunas sólo accesibles a pie o con barco.
Es uno de los espacios naturales de mayor valor paisajístico y ecológico de Tenerife por su especial configuración geológica y por la extraordinaria biodiversidad natural que alberga.
El espectacular paisaje de Anaga es el resultado de la acción de la erosión sobre un territorio volcánico que ha excavado una densa red de barrancos y dejado al descubierto numerosos diques y pitones.
Por su altitud y situación, los vientos Alisios condicionan en las partes altas de Anaga un ambiente húmedo y lluvioso, en claro contraste con las partes áridas de las costas de elevada insolación y escasa pluviometría. Esta diversidad de ambientes favorece el desarrollo de la vegetación en pisos con comunidades vegetales muy diferenciadas.
El Parque cuenta con una reducida población, de 2.500-3.000 personas, dedicada a la agricultura, el pastoreo y la pesca que viven en pequeños caseríos armoniosamente integrados con el paisaje, rodeados de huertas que se adaptan a las irregularidades del terreno mediante terrazas y bancales esculpidos en las laderas. Otras construcciones características de Anaga son pajares, haciendas, lagares de piedra y casas-cueva.
La población de Anaga se distribuye en unos 26 asentamientos más o menos dispersos: Afur, Almáciga, El Bailadero, las Casas de la Cumbre, La Cumbrilla, Chamorga, El Draguillo, Lomo Las Bodegas, Roque Negro, Taborno, Taganana, Las Montañas, Valle Brosque, Valle Crispín, Valle Grande, Valle Vega, Valle Luis y Valle Tahodio.
Entre los hábitats naturales de Anaga destacan los bosques de Laurisilva y fayal-brezal de sus cumbres, los bosques termófilos, los cardonales tabaibales de la costa y pequeños enclaves de pinar que albergan numerosas especies animales y vegetales con más de 120 endemismos locales y algunos tesoros zoológicos y botánicos únicos, como las palomas de la Laurisilva o la violeta de Anaga.
Es una formación boscosa considerada como una reliquia de los bosques que cubrían hace 20 millones de años la cuenca mediterránea.
Es un tipo de bosque subtropical, que únicamente pervive en los archipiélagos de la Macaronesia (Canarias, Azores y Madeira), formado por especies arbóreas de la familia de las lauráceas que junto al Fayal-Brezal compone el denominado monteverde.
La Laurisilva necesita para su desarrollo un alto grado de humedad, unas precipitaciones de 500 a 1.100 mm. y una temperatura media anual de 15-19º C, sin heladas. Estas especiales condiciones se dan a 400-1500 metros de altitud, en la vertiente norte del macizo de Anaga, sometida a la permanente influencia de los húmedos vientos alisios que originan el denominado «mar de nubes».
La Laurisilva está formada por árboles laurifolios de diversas familias: loro o laurel, viñátigo, barbuzano, tilo, palo blanco, mocán, naranjero salvaje, aderno, madroño, etc., algunas lianas, hiedras, helechos y abundantes hongos, musgos y líquenes.
Su gran masa de hojas, siempre verde, favorece la condensación de las nieblas produciéndose una lluvia local al pie de cada árbol que se conoce como «precipitación o lluvia horizontal» que hace que el suelo de la Laurisilva esté siempre rezumante de humedad, cubierto por una gruesa capa de materia orgánica en la que crecen helechos, musgos y líquenes que también ascienden por los troncos y ramas de los árboles.
En Tenerife hay bosques de Laurisilva, además de en el Parque de Anaga, en el macizo de Teno, en Aguagarcía (Tacoronte) y la ladera de Tigaiga (Los Realejos).
Existen multitud de senderos en Anaga, de distinta longitud y recorrido, la mayoría fácilmente accesibles y bien señalizados.
Se recomienda el uso de transporte público para llegar hasta los senderos. Existen varias líneas de guaguas disponibles para la ida y la vuelta, tanto desde Santa Cruz como desde La Laguna.
Muy recomendable para iniciarse en Anaga con niños, se completa en menos de una hora y es de baja dificultad.
- Inicio del sendero: Centro de visitantes de la Cruz del Carmen.
- Transporte público: Guagua, línea 273, desde Intercambiador La Laguna a la Cruz del Carmen.
- Cuenta con tres variantes claramente diferenciadas que pueden recorrerse el mismo día. La primera, el trazado conocido como «Despierta tus Sentidos», es accesible para personas con movilidad reducida ya que consta de una pasarela de madera. Las otras dos alternativas son rutas circulares de baja dificultad y escaso desnivel denominadas «Déjate Sorprender» y «Lo que encierra el monteverde».