Piscinas artificiales de agua de mar, rodeadas por una exuberante vegetación, situadas en el Puerto de La Cruz, en el valle de la Orotava,
al norte de Tenerife.
El complejo de unos 10.000 metros cuadrados fue construido sobre un tramo de costa inhóspito, denominado Llanos de Martiánez, por el artista lanzaroteño César Manrique que supo fundir el arte y la naturaleza para crear un entorno de singular belleza.
Consta de un lago central artificial de 27.000 m3 de agua salada, alrededor del cual se disponen cuatro piscinas para adultos y tres para niños que simulan diferentes ambientes naturales canarios integrando armónicamente el mar y la piedra volcánica, para crear playas blancas, costas abruptas, islas con vegetación autóctona, géiseres, cascadas y cuevas submarinas.