Playa urbana, de arena negra volcánica, situada en el Puerto de la Cruz que se extiende desde el Castillo de San Felipe hasta Punta Brava.
Es una de las playas más frecuentadas por los portuenses y los habitantes del Valle de La Orotava.
Fue remodelada bajo la dirección del canario César Manrique que diseñó el paseo, los jardines y las zonas de recreo circundantes. Se utilizaron 200.000 metros cúbicos de arena negra volcánica extraída de los fondos marinos cercanos y 4.226 bloques de hormigón de 20 toneladas.
La zona de baño se encuentra dividida en tres espacios separados por espigones rocosos: playa de El Castillo (200 metros de largo) junto al Castillo de San Felipe, playa de El Charcón o playa Chica (100 metros) y playa de Punta Brava o de María Jiménez (300 metros).
La playa está protegida por un rompeolas semisumergido que permite la renovación del agua.
En su entorno cuenta con 17.000 metros cuadrados de superficie ajardinada con flora autóctona canaria (dragos, palmeras, tabaibas, tajinastes blancos, magazas, etc.) paseos, senderos, bancos, cascadas de agua y cuevas de piedra.
Está dotada de una completa infraestructura de servicios como duchas, vestuarios, aseos públicos, alquiler de tumbonas y sombrillas, bares, restaurantes, canchas de juego, solárium y templete para actividades musicales.